El principio primero y fundacional de la Acta Constitutiva de PEN afirma que “la literatura no conoce fronteras”. Estas fronteras se concibieron tradicionalmente como los límites entre los países y los pueblos. Para muchas mujeres en el mundo —y hasta hace relativamente poco tiempo para la mayoría—, la primera, última y quizá la más poderosa frontera era el umbral de la casa que habitaban: el hogar de sus padres o su esposo.
Para que las mujeres tengan libertad de expresión, el derecho a leer, el derecho a escribir, deben tener el derecho a deambular física, social e intelectualmente. Hay pocos sistemas sociales que no miren con hostilidad a una mujer que camina sola.
PEN cree que la violencia en contra de la mujer, en todas sus formas, presente tanto en los muros de un hogar o en la esfera pública, crea peligrosas formas de censura. Alrededor del planeta, la cultura, la religión y la tradición son con frecuencia valoradas por encima de los derechos humanos, y usadas como argumentos para alentar o defender que se dañe a mujeres y niñas.
PEN cree que el acto de silenciar a una persona es negar su existencia. Es un tipo de muerte. Sin la plena y libre expresión de la creatividad y el conocimiento de las mujeres, la humanidad está llena de carencia y aflicción.
PEN endorsa los siguientes principios aceptados internacionalmente:
NO VIOLENCIA: Acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas en todas sus formas, incluyendo las legales, físicas, sexuales, psicológicas, verbales y digitales; promover las condiciones en las cuales mujeres y niñas puedan expresarse con total libertad, y asegurar que toda violencia de género sea investigada y castigada y que las víctimas sean compensadas.
SEGURIDAD: Proteger a las mujeres escritoras y periodistas y combatir la impunidad ante los actos de violencia y acoso contra mujeres escritoras y periodistas en el mundo y en las redes.
EDUCACIÓN: Eliminar la disparidad en todos los niveles educativos, promoviendo el acceso a una educación de calidad para mujeres y niñas y asegurando que las mujeres puedan ejercer plenamente su derecho a leer y escribir.
IGUALDAD: Asegurar que las mujeres tengan igualdad con los hombres ante la ley, condenar la discriminación contra las mujeres en todas sus formas y tomar todas las medidas necesarias para eliminar la discriminación y asegurar la plena igualdad de todas las personas para el avance y desarrollo de las mujeres escritoras.
ACCESO: Asegurar que las mujeres tengan el mismo acceso a la gama completa de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales; facilitando así su plena y libre participación y su reconocimiento en los medios y en el amplio espectro de las diversas formas literarias. Asimismo, garantizar el acceso igualitario de mujeres y niñas a todos los medios de comunicación, como vehículo para la libertad de expresión.
PARIDAD: Promover la igualdad en la participación económica y garantizar que las mujeres escritoras y periodistas sean empleadas y remuneradas a la par de los hombres y sin ninguna discriminación.