Cuando le preguntamos al Doctor Nicasio Urbina si el Festival fue un elemento de cohesión identitaria para los nicaragüenses, éste dijo que en “la identidad nicaragüense ha estado siempre predicada la idea del poeta como un ser especial y se ha organizado en torno a la figura de Rubén Darío, es por eso que el Festival recibió tanto apoyo del pueblo de Nicaragua, de la empresa privada, y durante muchos años, del Gobierno”, y afirmó que su cierre no tiene “ninguna justificación lógica o legal”.
Redacción PEN Uruguay
17 de junio, 2022.
Pocas personas sabrán que existe una Granada en Nicaragua; a la orilla de un lago, el Cocibolca. Es una ciudad pequeña, con una apariencia colonial no muy lejana a la de esa época. Con numerosas casas de adobe que aún conservan sus tejados de barro y con decenas de preciosas mansiones adornadas de morisco. Será que por estas casonas los nicaragüenses le llaman “la Gran Sultana” a esta ciudad; quizá como una reminiscencia del antiguo sultanato musulmán que reinó en la Granada andaluza.
Hace 18 años, en 2005, nació en Granada de Nicaragua un evento cultural que celebraría la poesía, en un país donde el mito del poeta es parte de la identidad del ser nicaragüense, para quienes “…ha estado siempre predicada la idea del poeta como un ser especial”, dijo Nicasio Urbina, primer vicepresidente del Festival Internacional de Poesía de Granada y catedrático de lenguas romances en la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos.
El doctor Urbina brindó una entrevista al Centro PEN Uruguay donde habló sobre la trayectoria del Festival Internacional de Poesía de Granada, y de cómo una “dictadura demencial”, “…no necesita argumentos para cancelar la personería jurídica de una organización”. La Fundación homónima al Festival que acogía, fue cancelada el pasado 18 de mayo por la Asamblea Nacional de Nicaragua. Así lo expresó la organización en un comunicado oficial.
Granada, cuna de la “Vanguardia literaria” nicaragüense.
La tradición literaria nicaragüense “…se ha organizado en torno a la figura de Rubén Darío…”, dijo Urbina. La modernidad literaria inaugurada por Darío, conjunta a su fama como poeta, asentó desde siempre en el imaginario de los nicaragüenses el mito de ser un “país de poetas”. Nadie duda que la “figura de Rubén Darío” haya motivado profundamente, en el transcurso del siglo XX, a varias generaciones de poetas y escritores nicaragüenses. Una de esas generaciones vio su florecer literario en los años 30, al fundar en Granada el Movimiento de Vanguardia. Sus fundadores fueron Pablo Antonio Cuadra, José Coronel Urtecho y Joaquín Pasos. Cuentan las anécdotas de la época, que estos vanguardistas se subían al campanario de la Iglesia La Merced en Granada a escribir poemas y a hablar sobre poesía, e incluso a “criticar” a Rubén Darío.
Nicasio Urbina dijo que esos elementos de la historia literaria nicaragüense, fueron esenciales para que el Festival de Poesía de Granada, “…recibiera tanto apoyo del pueblo de Nicaragua, de la empresa privada, y durante muchos años, del Gobierno. La ciudad de Granada siempre ha estado muy unida a los movimientos literarios, especialmente el movimiento de vanguardia que en los años treinta protagonizó la vida cultural de Nicaragua. De forma que todas estas cosas contribuyeron a el éxito del Festival Internacional de poesía de Granada”.
Los poetas en los atrios de las iglesias.
Cuando desde PEN Uruguay nos comunicamos con unx de las personas “encargadxs” del Festival (quien nos pidió el anonimato por razones de seguridad) nos dijo que “…el Festival no tenía mayores protocolos con los cientos de poetas que llegaban del mundo cada año…”, “…que los organizadores sólo les entregaban la agenda de cada día a cada poeta y que ellos se iban caminando por su cuenta donde les tocaba leer, ya fuese en el atrio de una iglesia o en una esquina…”, y añadió que “…todo Granada iba a escucharlos leer, atestando las calles…”.
La conversación con X daba a entender que el Festival era como un inmenso evento cultural al aire libre con una hermosa ciudad de escenario; es por ello que le preguntamos al doctor Urbina si este formato era original del evento, o si lo tomaron de alguna referencia vista antes, a lo que respondió que:
La idea del Festival como un evento popular en las calles de Granada se nos ocurrió como una forma de distinguirlo del festival de poesía de Medellín, que en ese tiempo era el principal referente, y de otros festivales en el continente. Sin embargo, existe el precedente del Movimiento de Vanguardia que hacía entierros y ciertos eventos públicos en los años treinta en Granada. Cuando yo era estudiante en el colegio salesiano hicimos una semana cultural donde invitamos a diferentes poetas, la cual terminó con una lectura de Ernesto Cardenal en el estadio de Granada. Eso fue en 1974-75. De forma que hay varios precedentes en los que nos inspiramos para desarrollar el Festival Internacional de Poesía de Granada, con las características que se le ha conocido.
Cada febrero de todos los años, el Festival incluía el llamado Carnaval poético, una especie de “performance” que recogía algunas de las tradiciones practicadas por los poetas vanguardistas, como los falsos “entierros” que mencionó Urbina anteriormente. En el «entierro» simbólico que se hacía durante el Carnaval poético, se representaba la sepultura de la ignorancia y la incultura. No obstante, ahora resulta irónico observar cómo el régimen de los Ortega-Murillo es quien entierra la cultura de su propio país y trata por ignorantes a su propio pueblo; con el afán de trastocar una identidad basada en el singular arquetipo de los “héroes de las letras”, que para el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, está representado en la figura de Rubén Darío a quien llamó «héroe civil de a pie».‘
“…A los poetas del mundo”.
El mundo llegaba a Granada a través de sus poetas. De España, Eslovenia, Argelia, Filipinas, la India, Israel. Palestina. Más de cien poetas por año, en 18 años, anduvieron por las calles de Granada. Antaño, el mundo llegaba a Granada en barcos.
Cuando se fundó la ciudad en 1524, ésta se convirtió en un puerto del Atlántico para salir al Pacífico. Los españoles aprovecharon que Granada estaba asentada a la orilla del lago Cocibolca, el cual desagua en el Atlántico a través del río San Juan. Era un canal interoceánico natural.
En 1849, la ciudad volvió a agitarse como puerto. El empresario naviero estadounidense, Cornelio Vanderbilt, aprovechó el canal de Nicaragua para abrir la llamada “Ruta del tránsito”; que fue una ruta marítima que partía de Nueva York hacia San Francisco con el fin de acortar camino en la búsqueda del oro descubierto en California. Más adelante, en 1856, fue incendiada cual una Roma tropical por órdenes del filibustero americano William Walker, quien se había autoproclamado presidente de Nicaragua en medio de una Guerra Nacional.
Después de su reedificación, la ciudad se mantiene igual hasta hoy. Inclusive, logró salvarse en 1979 de los bombardeos aéreos que el dictador Somoza mandó a lanzar contra algunas ciudades de Nicaragua. Tanto la guerra contra la dictadura, como la revolución y la transición a la democracia de los años 90, mantuvieron a Granada rezagada, carcomiéndose poco a poco por décadas, en soledad.
No obstante, según nuestra fuente anónima, el “…festival de Granada…” generó un “boom turístico” en la ciudad que revivió su espíritu “cosmopolita”. La ciudad había crecido exponencialmente en turismo e inversiones hasta antes de abril de 2018.
Pero más allá de potenciar el turismo, para Urbina, este Festival era un evento “ecuménico”, es decir universal. De modo que le pedimos nos explicase, ¿qué representaba para Nicaragua y Centro América reunir a cientos de poetas de todos los continentes?
El Festival era un hecho único por esa habilidad de reunir a cientos de poetas de todos los continentes durante una semana, conviviendo en una forma muy amigable y estrecha, participando de la vida de la ciudad con la población de Granada y con los nicaragüenses amantes de la poesía, que viajaban desde sus ciudades y sus pueblos para participar esa semana de la poesía. El hecho de convocar cien poetas era una proeza nunca vista, por el espíritu ecuménico que tenía el Festival y el deseo de juntar varias generaciones de poetas. Poetas consagrados y premios Nobel con poetas jóvenes que tenían uno o 2 libros publicados, y al mismo tiempo darle espacio a poetas populares e inéditos en el micrófono abierto, que llegó a ser de una gran popularidad. De forma que nos parece que fue enormemente significativo la experiencia del Festival.
El catedrático también nos contó sobre la creación del Festival Internacional de Poesía de Granada. Urbina recuerda que “…en el año 2002 empezamos a tener conversaciones un grupo de poetas que nos reuníamos en casa de Blanca Castellón, en casa de Francisco de Asís Fernández y en el Centro Nicaragüense de Escritores, con la idea de hacer un festival”. Reconoció que el actual presidente, Francisco de Asís Fernández, “fue el motor ideal para recoger los fondos necesarios para llevar a cabo una labor como esta. Él tiene una gran habilidad para convocar a diferentes sectores de la sociedad y motivarlos a que ayuden económicamente y con sus esfuerzos para el éxito del festival; y también tuvo la habilidad para convocar diferentes estamentos del gobierno y la administración pública, que son fundamentales para el éxito de un festival como el nuestro”.
Régimen Ortega-Murillo cancela la personería jurídica de la Fundación Festival Internacional de Poesía de Granada.
El régimen autoritario de la pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha emprendido una ofensiva rápida y depredadora contra las organizaciones de la sociedad civil en Nicaragua. Se estima que, en la actualidad, la Asamblea Nacional del país ha ilegalizada a más de 300 fundaciones y organizaciones civiles de las más diversas índoles.
El pasado 18 de mayo tocó el turno para el Festival junto con otras ochenta y tantas organizaciones más. Tras esta cancelación masiva que se llevó consigo al Festival de Granada, le preguntamos a Urbina ¿cuáles fueron los argumentos para el cierre de la Fundación por parte del poder legislativo? En respuesta nos dijo:
Actualmente en Nicaragua no se necesitan argumentos para cancelar la personería jurídica de una organización. Estamos viviendo una dictadura demencial que es capaz de quitarle la personería jurídica a Operación sonrisa o a la Academia Nicaragüense de la Lengua. Estamos asistiendo a un proceso en el que se le impide a la ciudadanía organizarse de cualquier forma posible, porque la única organización que se permite es la que se haga en torno a los dictadores. Estamos viviendo un periodo muy oscuro de culto a la personalidad y de obediencia ciega a los designios de la Pareja Suprema. De forma que no hay argumentos lógicos ni legales para las cosas que están sucediendo en Nicaragua: el asesinato de madres que están marchando por sus hijos sacrificados, los disparos de francotiradores desde las torres del estadio, y el asedio constante en las casas y oficinas de los defensores de los derechos humanos, no tienen ninguna justificación lógica o legal: es la ley del dictador.