DECLARACIÓN DE PARÍS SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN CONFRONTADA AL DISCURSO DE ODIO
Comité de escritores por la Paz Con el apoyo del PEN Club Français
adoptada por unanimidad en la reunión del Comité de escritores por la Paz
París, Francia 21 de enero de 2020
No lo hemos olvidado nunca.
Han pasado cinco años desde el triple atentado de enero de 2015 en París, el ataque a la sede de Charlie Hebdo, el tiroteo en Montrouge contra una policía municipal y la toma de rehenes del Hyper Cacher.
Estos acontecimientos, como todos los que han ocurrido en el mundo, son un recordatorio constante de las amenazas que pesan sobre los valores de la libertad de expresión y de fraternidad entre los pueblos.
La libertad de expresión, libertad valuosa, ofrece a todos la posibilidad de vivir juntos como iguales y constituye, como corolario de la democracia, un pilar fundamental para el intercambio de ideas.
La libertad de expresión debe ser defendida incansablemente no sólo cuando las ideas son agradables, sino también cuando ofenden, chocan o perturban. Es una necesidad en cualquier sociedad democrática plural, tolerante y abierta.
Desgraciadamente, en los últimos años, ha resurgido un intenso y a menudo confuso debate que pone de relieve la expresión de odio como un componente de la libertad. Por ello, es imperativo distinguir entre el exercicio pacífico de la libertad de expresión y el discurso intolerante.
En medio de conflictos que no son tan diferentes de los de hace cien años -que condujeron en 1921 a la fundación del PEN International en Londres y del Pen Club francés en París, por hombres y mujeres de letras comprometidos con un nuevo diálogo de paz y la defensa de la libertad de expresión y de creación- todavía es necesario encontrar un equilibrio entre la lucha contra la intolerancia y la necesidad de proteger la libertad de expresión.
Por ello, hay que combatir los casos más graves de discursos propagan, incitan, promueven o justifican el odio basado en la intolerancia, ante todo mediante la educación y la promoción de los derechos humanos.
Nosotros, retomando en París este compromiso centenario, apelamos a la necesaria defensa de la libertad de expresión que requiere una vigilancia constante, en Francia y en todo el mundo.