Las autoridades de Nicaragua deben retirar todos los cargos en contra del escritor Sergio Ramírez, declaró hoy PEN Internacional. Las acusaciones en su contra y la orden de detención y allanamiento son la clara muestra de que el gobierno de Daniel Ortega está aniquilando la libertad de expresión.
“Los cargos y las acusaciones en contra de nuestro colega Sergio Ramírez nos causa una gran indignación en PEN Internacional. No solo alzamos la voz en su defensa, sino que continuaremos defendiendo la libertad de expresión en Nicaragua, a sus escritores y su literatura a nivel mundial.
Hemos sido testigos de cómo las autoridades de Nicaragua han creado un sistema legal, policial y de acoso sistemático para silenciar a escritores y periodistas”, declaró Jennifer Clement, presidenta de PEN Internacional.El 8 de septiembre de 2021, el Ministerio Público de Nicaragua acusó formalmente al escritor Sergio Ramírez por “realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia, por haber recibido a través de la Fundación Luisa Mercado, dinero de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
La Fiscalía sostuvo que esos fondos eran desviados para financiar «a personas y organismos que buscaban la desestabilización de la buena marcha del desarrollo económico y social del país». El Ministerio Público solicitó una orden de detención y allanamiento de la casa del escritor, quien se encuentra fuera de Nicaragua.
Sergio Ramírez es escritor y novelista nicaragüense, y recibió el Premio Cervantes de Literatura 2017 como un reconocimiento a su vasta obra literaria. Ha sido miembro de PEN Nicaragua y su participación dentro de PEN Internacional ha sido activa en favor de los escritores perseguidos y censurados.
Fue el ponente invitado a la última reunión de centros PEN de América Latina el pasado mes de julio.
El laureado escritor de 79 años fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno sandinista (1979-1990). Entre su obra figuran los títulos La fugitiva, Castigo Divino, Oficios compartidos, Un baile de Máscaras, Margarita, está linda la mar, Adiós muchachos, Sombras nada más, Mil y una muertes, El Reino Animal, El cielo llora por mí y Flores oscuras.
En un video público difundido en su cuenta de Twitter, el autor dijo: “La dictadura de la familia Ortega me ha acusado a través de su propia fiscalía, y ante sus propios jueces, de los mismos delitos de incitación al odio y la violencia, menoscabo de la integridad nacional, y otros que no he tenido tiempo de leer, acusaciones por las que se encuentran presos en las mazmorras de la misma familia muchos nicaragüenses dignos y valientes. (…) Como anuncian que van a allanar mi casa, lo que van a hallar es una casa llena de libros. Los libros de un escritor. Los libros de toda mi vida. Soy un escritor comprometido con la democracia y con la libertad, y no cejaré en este empeño desde donde me encuentre. Mi obra literaria de años es la obra de un hombre libre. Las únicas armas que poseo son las palabras, y nunca me impondrán el silencio.”
Lo que está ocurriendo, sin duda alguna constituye un acto de hostigamiento contra el pensamiento crítico y los medios donde se manifiesta, y pretende generar un efecto inhibitorio en los periodistas en un momento en que su trabajo es crucial. A pocos meses de que se lleven a cabo elecciones nacionales en el país, es indispensable el respeto a la democracia, los derechos humanos y las libertades públicas.
PEN Internacional renueva sus demandas y urgentes llamados a las autoridades de Nicaragua para que hagan un alto total a las agresiones, persecuciones y judicializaciones en contra de periodistas, escritores y medios de comunicación independientes.