Nuestra Historia
Fecha: 10 julio, 2020

La fundadora de PEN, poeta y activista por la paz Catharine Amy Dawson-Scott

La organización hoy conocida como PEN International comenzó en Londres, Reino Unido en 1921, como simplemente PEN. Después de cuatro años había ya 25 Centros PEN en Europa y en 1931 también ya varios Centros en Sudamérica y China.

Cuando el mundo se volvió más sombrío, justo antes del comienzo de la guerra en 1939, los Centros miembros de PEN incluían Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Egipto, India, Irak, Japón, México, Nueva Zelanda, Palestina, Uruguay, Estados Unidos y otros. Todos los países escandinavos estaban representados en la afiliación, así como también varios países en Europa Oriental. Los Centros vasco, catalán y yídish estaban también representados.

Hace más de ocho décadas que somos una organización auténticamente internacional, abarcando una amplia diversidad de culturas e idiomas, y hoy la gran mayoría de los 145 Centros de PEN International se encuentranfuera de Europa.

PEN fue una de las primeras organizaciones no gubernamentales del mundo y uno de los primeros organismos internacionales en defender los derechos humanos. Ciertamente, fuimos la primera organización mundial y de escritores en hacer hincapié en que la libertad de expresión y la literatura son inseparables; un principio que seguimos defendiendo hoy en día y que está expresado en nuestra Acta Constitutiva, un documento exclusivo, elaborado durante 22 años, desde sus orígenes en 1926 y ratificación en el Congreso de 1948 en Copenhague.

PEN ha peleado contra los desafíos hacia la literatura y la libertad durante casi un problemático siglo, comenzando justo después de la Primera Guerra Mundial, hasta la intensificación y erupción de la Segunda Guerra Mundial, luego durante la Guerra Fría y la caída de la Unión Soviética, y en un ambiente más matizado hoy en día en todo el mundo. Ha respondido a los giros más dramáticos de la historia moderna y sus héroes han incluido a los intelectuales más famosos de cada era, así como también innumerables miembros, incansables y dedicados, que han luchado para asegurar que el derecho a escribir, hablar, leer y publicar esté siempre en el núcleo de nuestra cultura.

“PEN”: ¿Qué hay en un Nombre?

Nuestro nombre fue concebido como un acrónimo: “Poetas, ensayistas, novelistas (luego se amplió a “Poetas, dramaturgos, editores, ensayistas, novelistas”). Después de la Segunda Guerra Mundial, como resultado de un ejecutivo desarrollado (ver debajo), PEN comenzó a ser conocido como International PEN, abarcando una creciente cantidad de Centros en todo el mundo. Con el tiempo, nuestra asociación se expandió para incluir a una gama de personas más diversa, implicados también con la palabra y la libertad de expresión; las categorías anteriormente mencionadas ya no definían exclusivamente a quienes podrían incorporarse. Hoy PEN es simplemente PEN. En 2010, como parte de un cambio de nombre general se renombró a la organización como PEN International.

Génesis: una nueva clase de club de cenas (dinner club)

Catharine Amy Dawson-Scott, poeta, dramaturga y activista británica de la paz fundó PEN como una forma de unir a escritores, después de la devastación de la Primera Guerra Mundial. Al principio no era nada más que un dinner club, que ofrecía un espacio a los escritores para compartir ideas y socializar. Los clubs de PEN se instalarían en otras ciudades europeas para que los escritores en sus viajes pudiesen tener un lugar donde reunirse con amigos y colegas.

Entre los invitados a la cena de Dawson-Scott estaba el primer presidente de PEN, John Galsworthy, que habló sobre las posibilidades de un movimiento internacional –una “Liga de naciones para hombres y mujeres de letras”.

Una cuestión de política

PEN celebró su primer Congreso en 1923, con la participación de 11 Centros. A lo largo de la década de 1920, la organización era la única en reunir a escritores sin importar la cultura, idioma u opinión política, especialmente considerando los disturbios políticos que el mundo había empezado a experimentar. De hecho, una de las ideas originales para la creación de PEN se expresó como “no política en los Clubs PEN, bajo ninguna circunstancia”. PEN se veía a sí mismo como representante de la libertad de expresión, paz y amistad, no del debate político.

Hacia 1993, sin embargo, este pensamiento fue desafiado por la creciente aparición del Socialismo Nacional en Alemania. Los delegados que asistieron al Congreso de PEN en Dubrovnik ese año vieron que era imposible ignorar el clima creciente de represión e intolerancia.

Los disidentes alemanes

Incluso en 1926, en el cuarto Congreso de PEN en Berlín, las tensiones habían aparecido ya entre el Club del PEN alemán y la comunidad de PEN en general. Varios escritores alemanes jóvenes, Bertolt Brecht, Alfred Döblin y Robert Musil, entre ellos, expresaron su preocupación en relación a que PEN en su país no representaba el verdadero rostro de la literatura alemana. Estos se reunieron con Galsworthy para expresar su consternación. El dramaturgo Ernst Toller insistía en que PEN no podía ignorar la política, que estaba en todo lugar e influenciaba todo.

Quemar libros, quemar indignación

En 1932, en el Congreso en Budapest se envió una petición a todos los gobernadores, en relación con los prisioneros religiosos y políticos. Galsworthy emitió una declaración de cinco puntos, otra etapa en la evolución del Acta Constitutiva de PEN como lo es hoy.

El siguiente año vio las tensiones políticas elevarse a un nivel sin precedentes dentro de PEN. El novelista británico H. G. Wells, que se convirtió en el presidente de PEN en 1993 después de la muerte de Galsworthy, dirigió una campaña en contra de la quema de libros de los nazis en Alemania. El PEN alemán fracasó al no manifestarse y además intentó evitar que Toller (que era judío) hablase en el Congreso en Dubrovnik. A resultas de esto, a este Centro PEN le quitaron su membresía. “Si el PEN alemán ha sido reconstruido según las ideas nacionalistas”, una declaración de PEN leía, “debe ser expulsado”.

Escritores detrás de las barreras: Dos casos incipientes

Hacia fines de la década de 1930, PEN apelaba ya activamente a favor de escritores y se manifestaba en contra del mal trato recibido por estos. El caso del húngaro Arthur Koestler (en ese entonces periodista), que había sido arrestado en la España Fascista y sentenciado a muerte, fue un éxito incipiente: este fue liberado después de que PEN hiciera una campaña para su liberación.

(El gran poeta español Federico García Lorca, sin embargo, fue ejecutado al poco tiempo después de su detención; trágicamente, PEN no pudo actuar hasta recibir un telegrama – ya demasiado tarde – donde se informaba a la organización sobre el peligro al que se enfrentaba. Una resolución en el Congreso de PEN de 1937 en París rindió homenaje a Lorca y expresó su consternación al pueblo español por su muerte. Esta respuesta, fue posiblemente un factor importante en el resultado positivo del caso de Koestler).

PEN de posguerra

PEN se veía muy diferente al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El concepto original detrás de su creación como club que recibía a escritores sin considerar raza, religión o credo había sido quebrado por la realidad. Nuevos grupos de escritores en exilio también se habían establecido en Londres y Nueva York durante la guerra.

PEN afrontaba ahora cuestiones urgentes, como la de cómo tratar con escritores que habían respaldado al Socialismo Nacional en Alemania y en otros lugares, y la de cómo asegurar que la comunidad creciente de PEN internacional pudiera reunirse de forma regular y ponerse en contacto entre sí rápidamente cuando fuera necesario. Entonces se formó el Comité Ejecutivo.

En 1949, siguiendo la aprobación de una resolución presentada por el Centro Estadounidense, PEN adquirió estatuto consultivo en las Naciones Unidas como “representante de los escritores del mundo”.

Hacia la década de 1950, los miembros de PEN debatían la formación de un comité para examinar casos de escritores detenidos o perseguidos por su trabajo u opinión. El Comité de Escritores en Prisión se inició como resultado, en abril de 1960. A pasar de, o tal vez debido a, el efecto polarizador de la Guerra Fría, la influencia de PEN se extendió a nivel internacional.

Wole Soyinka y cierta carta del esposo de Marilyn Monroe

En 1967, bajo la presidencia del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, PEN apeló a Nigeria en representación de un dramaturgo cuyo nombre, en ese entonces, no era ampliamente conocido fuera de su país. Wole Soyinka había sido sentenciado para ejecución inmediata por el jefe de estado del país, General Yakubu Gowon, durante la guerra civil por la secesión del General Biafran.

Un empresario le llevó la carta de PEN a Gowon, quién advirtió el nombre de su autor y preguntó si de hecho era el mismo hombre que se había casado con Marilyn Monroe (lo cual Milles había hecho en 1956). Cuando aseguró que era el mismo hombre que pedía la liberación de Soyinka, Gowon liberó al prisionero, quien luego abandonó el país y, por supuesto, llegó a convertirse en uno de los poetas y dramaturgos más eminentes, ganando el Premio Nobel para la Literatura en 1986.

Rusos inmóviles

Miller también viajó a la Unión Soviética para reunirse con la Unión de Escritores Soviéticos, donde le dijeron claramente que los escritores soviéticos querrían incorporarse a PEN si no fuera por un obstáculo: El Acta Constitutiva. Miller aclaró que modificar el Acta Constitutiva para satisfacer a los soviéticos no era debatible, agregando que la visión que esta articulaba era lo que unía a PEN en todo el mundo. No obstante, aseguró que el diálogo entre la división este-oste se mantenía abierto; pero no fue hasta 1988 cuando se formó finalmente el PEN ruso.

En las tres décadas siguientes, hasta el cambio del milenio, el alcance y el impacto de PEN se sintió en la mayor parte de las regiones del mundo. Nuestra voz se valoró y escuchó cada vez más, tanto a nivel nacional como internacional, en temas como libertad de expresión, traducción, los problemas que enfrentaban las mujeres escritoras y la cuestión de cómo unir a escritores de culturas e idiomas distintos. Nuestras campañas en contra de la censura, persecución, arresto y asesinato de escritores nunca flaquearon tampoco, haciéndose cada vez más sofisticadas.

La cuestión de Rushdie

Durante las décadas de 1980 y 1990, el trabajo de PEN en representación de escritores perseguidos y detenidos comenzó a ser muy conocido por la comunidad internacional, entre escritores y entre gobiernos por igual. En 1989 Salman Rushdie, ganador del Premio Booker ocho años antes, recibió más atención internacional de lo que había esperado con la publicación de su cuarta novela, The Satanic Verses. Este se vió obligado a ocultarse después de que el Ayatollah Khomeini de Irán emitiera un edicto religioso: el notorio fatwa (la palabra comenzó a utilizarse comúnmente en occidente después). El fatwa pedía la muerte del autor por, supuestamente, haber insultado al Islam en la novela. La ordalía de Rushdie es ahora parte de la historia literaria; este se convirtió rápidamente en un símbolo de su tiempo, como un escritor perseguido por sus palabras. PEN cumplió una función clave en la campaña mundial que pidió la eliminación del fatwa y respaldó a editores del libro en todo el mundo. Rushdie es hasta el día de hoy miembro activo de PEN International y ex presidente del Centro Estadounidense de PEN.

Ken Saro-Wiwa: Un héroe silenciado

En 1995 el foco de atención regresó a Nigeria. A principios de la década de 1990, PEN había seguido el caso del novelista, guionista cinematográfico y activista de derechos humanos Ken Saro-Wiwa; detenido primero en 1992 por hacer campañas en representación del pueblo Ogoni, del delta del Niger. Los Ogoni exigían una mayor autonomía y Saro-Wiwa instó a empresas petroleras multinacionales como Royal Dutch Shell a que asumieran la responsabilidad de limpiar el daño ambiental causado en las tierras de los Ogoni causado por la extracción de petróleo.

Ken fue liberado después de algunos meses pero fue detenido nuevamente en enero de 1993 durante un mes, después de una manifestación pacífica que había sido suprimida violentamente por las fuerzas de seguridad nigerianas. En mayo de 1994 cuatro líderes de Ogoni fueron asesinados por una multitud de activistas militantes de Ogoni. Saro-Wiwa, a quien se le había prohibido que asistiera a una reunión con estos jefes, fue detenido otra vez junto con otros catorce líderes del movimiento de derechos de Ogoni.

Acusado de instigar los crímenes, este fue condenado a pesar de los reclamos de muchos observadores de que el juicio había sido amañado. El 10 de noviembre de 1995, después de una extensa campaña internacional dirigida por Centros PEN en todo el mundo, Saro-Wiwa fue ejecutado. Hubo una gran manifestación internacional y en 1966 se presentó una demanda en contra de Shell, alegando la complicidad de la empresa en abusos de derechos humanos en Nigeria, incluyendo el asesinato de Saro-Wiwa. (En 2009 Shell acordó pagar un acuerdo de US $15,5 millones, aunque la empresa seguía reclamando que no era culpable de la acusación). Dos asesinatos

En octubre de 2006, Anna Politkovskaya, una periodista rusa de alto nivel del periódico independiente Novaya Gazeta, que había recibido amenazas de muerte por su informe sobre la guerra en Chechenia, fue encontrada asesinada en el ascensor de su departamento de Moscú. PEN International ha estado desde entonces liderando esfuerzos para que su(s) asesino(s) rindan cuentas de ello.

Tres meses después, en enero de 2007, el escritor estadounidense-turco y editor del periódico Hrant Dink recibió un disparo fatal en Estambul. Dink había sido acusado según el Artículo 301 del Código Penal de Turquía por “insultar a la identidad turca” con sus escritos, que desafiaban el rechazo del gobierno turco a reconocer el Genocidio Armenio de 1915. Después de su asesinato, PEN International ayudó a la familia de Drink y exigió una investigación completa y abierta de su muerte. (Un joven ultra-nacionalista turco fue más tarde sentenciado como asesino y otros hombres resultaron también implicados y sometidos a juicio).

PEN International está actualmente activo en más de 100 países y se sigue haciendo eco de los principios originales de Dawson-Scott y Galsworthy que defienden la libertad de expresión, paz y amistad. Las voces de los escritores, y de todos aquellos otros que se unieron a ellos en los últimos 90 años de nuestra existencia, siguen con nosotros. Sin ellos, PEN International no se habría convertido en el movimiento fuerte, vibrante y activo que es hoy. FAQs

¿Cómo se diferencia PEN de otras organizaciones de libertad de expresión?

Existen varias diferencias. Primero, PEN International es una organización de afiliados: esto significa que nuestros miembros, por medio de los Centros PEN en todo el mundo, siempre informan sobre nuestro trabajo. Por lo tanto, la conexión entre la oficina internacional y los Centros es muy fuerte. Pese a que la oficina internacional es el centro de la organización, determinando estrategias y coordinando actividades, no es más importante que cualquier otro Centro, somos todos iguales.

Segundo, hacemos campañas por la libertad de expresión y para respaldar la literatura como fuerza de la cultura mundial al mismo tiempo. No creemos que sea posible tener una cultura literaria vigorosa sin libertad de expresión: las dos van unidas.

Tercero, definimos “libertad de expresión” de una forma algo diferente a la de nuestros colegas en otros lugares. Para nosotros significa tener derecho a que tu voz se oiga (ya sea en forma escrita u oral) a través de distintos idiomas y culturas; el derecho a una educación y el derecho a leer y a escribir. Estos principios centrales se expresan por medio de diversas campañas, proyectos, programas y eventos que PEN International apoya cada año.

Finalmente, nuestra definición de “escritor”, además de las personas a las que respaldamos (en especial con nuestras campañas), lo comprende todo: para nosotros un escritor puede ser un novelista, poeta, periodista, académico, editor, traductor, blogger, biógrafo, dramaturgo, etc. – en definitiva, se refiere a cualquiera que esté relacionado con la palabra escrita u oral. Esta definición tan amplia es lo que realmente hace que seamos el movimiento mundial que somos.

¿Cómo me incorporo?

Si usted es escritor – y como se describe anteriormente esto comprende a cualquiera que esté relacionado con la palabra escrita u oral – le pedimos primero que se incorpore a un Centro, porque nos gustaría que cada miembro de PEN pueda ser partícipe de nuestro trabajo a nivel local así como también internacional. Los escritores tienen una voz importante en sus comunidades y consideramos que es esencial que las comunidades participen y trabajen juntas cuando sea posible. Eche un vistazo aquí para ver si hay un Centro cerca de usted. Si no lo hay, también puede incorporarse a un Centro en un país vecino o a uno formado según su idioma o cultura.

¿Puede PEN ayudarme a que me publiquen?

PEN International no es una editorial, aunque trabajamos estrechamente con editores para fortalecer nuestras actividades y para asegurarnos de que estamos involucrados con escrituras de todo el mundo. No actuamos en representación de escritores que buscan un lugar para publicar su trabajo. Sin embargo, publicamos nuestra propia revista en línea, por lo tanto, por favor eche un vistazo a nuestras normas para ver qué clase de obras escritas buscamos.

¿Puede PEN brindarme respaldo financiero?

PEN International sólo ofrece respaldo financiero por medio de nuestro Fondo de Emergencia para escritores perseguidos y sus familias, cuando más lo necesitan. También trabajamos estrechamente con Centros PEN y nuestros financiadores para desarrollar programas, proyectos y acontecimientos que reflejen nuestros principios, promuevan la libertad de expresión y celebren la literatura. Para más detalles, por favor eche un vistazo al resto de nuestro sitio Web.

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La oficina del PEN International trabaja para dar soporte a Centros PEN alrededor del mundo. Si está interesado en saber más sobre los procedimientos a seguir para abrir un nuevo Centro PEN, por favor póngase en contacto con Jena Patel, el Congreso, los Comités y los Centros escribiendo a: jena.patel@pen-international.org

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